“Jóvenes belgo-marroquíes, a menudo diplomados, prefieren construir su vida profesional en Casablanca, Marrakech o Rabat antes que en Bruselas», informa el diario en un artículo, añadiendo que se trata de un fenómeno “del que todo el mundo habla en torno a la mesa familiar”.
El retorno de una parte de la diáspora se inscribe en “una dinámica más amplia que ve cómo franceses, españoles, italianos, ruandeses, jóvenes profesionales, estudiantes y +nómadas digitales+ de todos los orígenes se unen a la diáspora marroquí por razones diversas, el Dorado marroquí”, escribe la publicación.
El Reino ha emprendido un importante programa de reformas y apoya “un modelo de crecimiento que crea empleo impulsado por el sector privado”, según un reciente informe del Banco Mundial citado por el periódico, que señala que Marruecos también ha desarrollado “una política de acompañamiento a las competencias y los talentos procedentes del extranjero”.
Citado en este artículo, Jérémy Mandin, investigador en la Universidad de Lieja, explicó que este fenómeno se debe, en particular, al deseo de integrarse en regiones dinámicas, ciudades globalizadas y globales que ofrecen numerosas oportunidades. “Es el caso de Dubai, Montreal y, cada vez más, Marruecos», afirmó.
En cuanto a los belgo-marroquíes, esta vuelta al país se basa también en razones afectivas, religiosas, culturales y profesionales, señala el periódico.
“Sí, siguen apegados a la Bélgica que les vio crecer, pero estoy seguro de que cuanto más se desarrolle Marruecos, más crecerá este fenómeno del retorno”, declaró a La Libre un alto funcionario belga de origen marroquí.
“Incluso la clasificación de Marruecos para las semifinales del Mundial de 2022 contribuyó a este movimiento. Esta epopeya ha generado un gran sentimiento de orgullo, de pertenencia, de atracción por el país”, estimó.
