La revisión del Código de la Familia responde a una de las prioridades principales fijadas por Su Majestad el Rey Mohammed VI desde su entronización, la de consolidar los derechos de la mujer y garantizar a los niños una mejor protección de sus derechos, subrayó Klein en una declaración a la MAP.
Este proyecto se inscribe en la continuidad de las reformas fundamentales iniciadas desde el acceso del Soberano al Trono, y marca un paso decisivo en la modernización social del país, indicó, señalando que «los esfuerzos desplegados en el desarrollo de las infraestructuras y los servicios en todas las regiones de Marruecos se prolongan en esta reforma social que sitúa a la familia, pilar de la sociedad marroquí, en el centro de las prioridades nacionales».
Según el académico, Marruecos, a través de esta reforma, se posiciona ahora como un «líder y un ejemplo a seguir» mostrando que es posible avanzar hacia una modernización progresiva, preservando al mismo tiempo la autenticidad de su civilización.
Esta reforma, que otorga una prioridad esencial a la igualdad entre hombres y mujeres de conformidad con la Constitución y los compromisos internacionales de Marruecos, es un avance apreciable en la legislación marroquí que rige la familia, fruto de un amplio consenso sobre el papel central de las mujeres y los jóvenes en las dinámicas de cambio, sostuvo.
El mismo destacó que «las mujeres han desempeñado un papel fundamental en los cambios sociales durante mucho tiempo, mientras que los jóvenes aspiran a modelos más abiertos y conectados con la dinámica mundial».
Klein también elogió el enfoque adoptado para llevar a cabo esta reforma, felicitándose de que se basa en un diálogo nacional que implica a los diversos componentes de la sociedad para que el Código de la Familia refleje perfectamente las expectativas y necesidades de todos.
El universitario español también puso de relieve los esfuerzos de Marruecos para armonizar su marco legislativo con las normas internacionales en materia de derechos humanos, preservando al mismo tiempo las especificidades religiosas y culturales del país.
«Este enfoque ilustra la voluntad de Marruecos de conjugar tradición y modernidad, respondiendo a las aspiraciones de los ciudadanos marroquíes» así como la capacidad del Reino para «adaptarse a las exigencias contemporáneas respetando su identidad cultural», concluyó Klein.
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