Los tres traficantes, de nacionalidades china, ucraniana y lituana, fueron detenidos por las autoridades marroquíes el 17 de abril, en virtud de órdenes de detención internacionales emitidas por las autoridades judiciales estadounidenses.
Recientemente fueron extraditados a Estados Unidos, donde comparecieron por primera vez ante un magistrado del Distrito Sur de Nueva York, cuya Fiscalía investiga algunos de los casos judiciales más delicados y mediatizados en América.
Xiang Gao, Oleksandr Klochkov e Igors Kricfalusijs fueron detenidos durante operaciones de seguridad simultáneas en Marrakech, en el marco de la cooperación bilateral privilegiada entre los servicios de seguridad marroquíes y sus homólogos estadounidenses. Los acusados, de edades comprendidas entre los 22 y los 25 años, fueron inculpados en Nueva York de conspiración para traficar y distribuir fentanilo y metanfetamina en Estados Unidos, así como de blanqueo de fondos procedentes de este tráfico.
La inhabilitación de estos traficantes de alto nivel ha sido posible gracias a la vigilancia, reactividad y cooperación de los servicios de seguridad marroquíes y a sus esfuerzos en materia de localización de personas buscadas internacionalmente por casos de delincuencia transnacional.
«El fentanilo y sus derivados siguen teniendo un impacto catastrófico en la vida de los neoyorquinos. Los (tres) acusados utilizaron presuntamente métodos agresivos para eludir nuestra capacidad de frenar el flujo de venenos hacia este país e introducir toneladas de sustancias químicas potencialmente mortales en Estados Unidos», declaró en un comunicado el Fiscal estadounidense interino del distrito sur de Nueva York, Edward Y. Kim.
Por su parte, el Fiscal General de Estados Unidos, Merrick B. Garland, subrayó que los traficantes responsables de «inundar nuestro país de fentanilo deben responder de sus crímenes».
En cuanto a la administradora de la Agencia Antidroga estadounidense (DEA), Anne Milgram, declaró que la acusación de estos tres traficantes de «alto perfil» subraya el compromiso de la DEA de perseguir a todos los eslabones de la cadena mundial de suministro de fentanilo.
Según ella, los tres acusados trasladaban «toneladas de precursores químicos de fentanilo y metanfetamina desde China, a sabiendas de que estos productos químicos se utilizarían para inundar de drogas mortales las comunidades estadounidenses».
También enseñaron a narcotraficantes a utilizar los distintos precursores químicos para fabricar fentanilo destinado al mercado estadounidense, y precisó que su inculpación «debe servir de advertencia a los narcotraficantes que operan en todo el mundo».
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