En una aclaración, la administración penitenciaria indicó que el 2 de marzo de 2024, el preso en cuestión había intercambiado insultos con otro interno, antes de que la situación degenerara en una agresión en la que este último le propinó un puñetazo que le causó contusiones en el cuello y la mandíbula.
En cuanto la administración penitenciaria tuvo conocimiento del incidente, adoptó las medidas disciplinarias oportunas contra el preso agresor y le proporcionó el tratamiento necesario, añadió la misma fuente.
La misma fuente añadió que el 4 de abril de 2024, el preso había intercambiado golpes con un compañero tras una discusión por un teléfono fijo, tras lo cual los dos reclusos fueron presentados al médico de la prisión y luego trasladados a otras celdas como medida de precaución para evitar que se repitiera un incidente de este tipo.
En cuanto a la alegación de que dicho recluso había considerado la posibilidad de declararse en huelga de hambre para protestar por lo que supuestamente había sido sometido en el interior del establecimiento, la aclaración subrayó que se trataba de «una alegación falsa», en la medida en que el interesado nunca había notificado por escrito a la administración su intención de declararse en huelga de hambre, y que había sido internado en una celda de aislamiento a petición suya formulada por escrito.
